Hay que ser respetuosos de la historia y esa es la premisa del Programa de Desarrollo Territorial Indígena de Curaco de Vélez por el hecho de haber creado un espacio de participación en la reciente conmemoración del Día Internacional de la Mujer Indígena, acto que tuvo alta convocatoria y emotivos momentos.
Cristian Vidal, encargado del PDTI dijo que gracias al apoyo del municipio y el trabajo conjunto con área Indap Quinchao se ha podido ir potenciando las labores en terreno con las comunidades indígenas, colaborando en sus tareas, principalmente con quienes trabajan la tierra y mantienen vivas las tradiciones de nuestro campo, señaló el profesional.
Al comienzo de las actividades que se realizaron en el Centro Cultural se recibió el saludo de la primera autoridad edilicia, Luis Curumilla Sotomayor quien presentó sus excusas por no asistir, sin embargo igual hizo llegar sus respetos y consideración a la mujer Indígena, reconociendo en ellas un fuerte liderazgo, gran trabajo y fortalecimiento del desarrollo de nuestra historia como país, región, provincia y comuna. Más adelante el alcalde enfatiza que, “la política pública dirigida a los pueblos originarios tiene como centro neurálgico a las mujeres y por ende a sus familias, por lo tanto se les insta para que sigan siendo el pilar central del rescate tanto de la cultura ancestral, la lengua originaria y por ende la sobrevivencia de sus pueblos”.
Similares conceptos tuvo en la oportunidad el jefe de área de INDAP Quinchao, Luis Álvarez Santana, sosteniendo que las mujeres indígenas son sin duda una palanca del desarrollo de nuestros campos, por su saber, responsabilidad con la familia, compromiso y respeto con la cultura arraigada por generaciones, sostuvo el personero.
En la cita fueron reconocidas por su importante labor en beneficio de su comunidad las siguientes vecinas, Yanette Galindo Guinao, Fany Guenteo Necul, Claudia Neun Antisoly, Marisol Paredes Guidipany y Elvesia Paredes Millán.
Hay que recordar que el Día Internacional de la Mujer Indígena comienza a celebrarse en 1983 luego del encuentro de organizaciones y movimientos indígenas de América en Bolivia, donde los pueblos participantes determinaron que todos los años se recordara la memoria de todas aquellas mujeres que figuran en nuestra historia, las que se alzaron contra las injusticias y atrocidades cometidas en contra de la dignidad y derechos de los pueblos originarios.